Aprender cómo poner el arnés al perro es muy útil para pasear tranquilos y sin los incómodos tirones que pueden llegar a ahogar a tu perro.
Aprender cómo poner el arnés al perro es muy útil para pasear tranquilos y sin los incómodos tirones que pueden llegar a ahogar a tu perro.
Aprender cómo poner el arnés al perro es muy útil para pasear tranquilos. En este artículo te damos las claves para colocarlo sin complicaciones y te explicamos cuándo es más recomendable un arnés que un collar para perros. ¡Comenzamos!
GUÍA SOBRE CÓMO PONER EL ARNÉS AL PERRO
Antes que nada, lo más importante es elegir el arnés adecuado. Solo después debes pensar en cómo poner el arnés al perro. Ten en cuenta lo siguiente:
Elige el arnés adecuado
Existen muchos tipos de arneses, por lo que te recomendamos que acudas a un establecimiento especializado en el que te ayuden a elegir el mejor. Para ello, debes determinar cuál será el uso que le daréis al arnés: paseos diarios, entrenamiento para pasear sin estirar, actividades específicas como el canicross, transporte en el coche… En función de las necesidades, elegiréis un tipo de arnés u otro.
Ten en cuenta también la raza de tu perro. Por ejemplo, un galgo necesitará un arnés antiescape, llamado también arnés de tres puntos o de seguridad, debido a su peculiar anatomía.
Procura no elegir arneses que puedan agobiar al perro, enreden su pelo o tengan partes incómodas que puedan provocar roces y heridas o aprieten en puntos delicados limitando la libertad de movimiento. Por otro lado, hay arneses tipo chaleco que permiten cubrir la piel de tu perro si vives en zonas frías o muy lluviosas. Piensa también en la mejor opción según las características ambientales.
Evita un arnés que tenga partes móviles que puedan aflojarse durante el paseo.
Elige un tipo de arnés que no implique una excesiva manipulación del perro.
Cómo poner el arnés al perro en 3 pasos
Paso 1. Entender cómo funciona el arnés
Lo primero y más importante es entender cómo funciona el arnés. Es necesario tomarse algo de tiempo para entender el mecanismo y saber cuál es la función de cada una de sus partes.
Hay diferentes modelos de arneses. Los arneses de paseo más comunes son el que se coloca por la cabeza y el que se coloca por las patas.
El arnés que se coloca por la cabeza suele tener dos aperturas: una más pequeña para la cabeza y una más amplia para una pata. A la hora de colocarlo, una vez encontrado el agujero del cuello, se desliza la cabeza del perro a través de él. El paso siguiente consiste en pasar una pata por la otra apertura y finalmente se sube hacia la espalda la tira que queda debajo de la pata que acabas de poner, asegurándote de que pase detrás de la otra pata. Falta solo cerrarlo, normalmente sobre la zona de las costillas o de la espalda del perro. Algunos arneses que se meten por la cabeza tienen una apertura para la cabeza y dos tiras que tendrás que pasar entre las patas del perro para luego subirlas a cada lado del costado y abrocharlas.
El arnés que se coloca por las patas tiene dos aperturas idénticas y una vez depositado en el suelo tiene el aspecto de un “8”. En este caso, después de colocar las patas delanteras del perro en las aberturas del arnés, debes llevar las tiras laterales del arnés hacia arriba y cerrarlas encima de la espalda.
Con ambos arneses, después de cerrarlos, hay que ajustarlos para que no queden muy apretados (tienen que pasar dos dedos entre su cuerpo y el arnés).
Paso 2. Preparar el perro
Muchos perros podrían rechazar el arnés si tratas de ponérselo directamente. Hay que dejar que se familiarice con el arnés y también con las manipulaciones que realizarás para colocárselo: a algunos perros no les hará ninguna gracia que de repente le sujeten y les manipulen las patas. Así que mejor ir por partes.
Para que se familiarice con el arnés, deja el arnés a su alcance para que lo huela a su ritmo hasta que veas que se ha familiarizado con él y no le presta especial atención.
Para que se familiarice con las manipulaciones, hay que introducirlas de manera gradual. El hecho de que el perro se mantenga relajado cuando le manipulas las patas indica que lo estás haciendo bien y que puedes subir la dificultad del ejercicio. Hay que escoger un lugar tranquilo donde el perro se sienta confortable para realizar estas manipulaciones.
Paso 3. Practicar la colocación del arnés
Ahora es cuando se trata de entrenar al perro para que colabore con la colocación del arnés. Unos trocitos de comida pueden ser de ayuda para guiarlo en este proceso.
En el arnés que se coloca por la cabeza, la comida se puede utilizar para conseguir que el perro introduzca solo la cabeza a través de la apertura del arnés. ¿Cómo? Basta con mantener abierta el agujero para la cabeza y presentar la comida justo delante, luego justo detrás y cada vez más atrás hasta que el perro introduzca solo la cabeza en la apertura sin que tu hayas movido el arnés de un centímetro. Claramente cada vez que el perro se acerca a la comida, hay que dársela. Una vez que ya tiene la cabeza en el arnés, se empieza a trabajar con la pata. Si ya lo has familiarizado con la manipulación de las patas, no le resultará tan extraño que le sujetes una pata y la guíes a través de la otra apertura del arnés. Aun así, puede ser de ayuda que premies con alguna comida favorita sus pequeños avances mientras tolera que le manipules la pata a través del arnés y que luego pases con las manos debajo del cuerpo para cerrar el arnés.
En el arnés que se coloca por las patas, puedes guiar al perro para que, siguiendo la comida, se coloque justo con las patas en las aperturas del arnés que has previamente depositado en el suelo. Una vez en la posición correcta, puedes ir premiando los avances del perro mientras subes las tiras del arnés y lo cierras encima de la espalda.
Con ambos arneses, a medida que practiquéis, el proceso se hará más fácil y no harán falta tantos premios como al principio.
Lograr que tu perro esté totalmente relajado durante la colocación del arnés y conseguir su colaboración en este proceso es fundamental: considera que cuando usas el arnés para salir a pasear, tendrás que repetir la rutina de poner y quitar el arnés por lo menos 3 veces al día.
Lo ideal es ir practicando este proceso cuando no tengas prisas para salir a la calle. Las prisas son mala consejera cuando se trata de entrenar a un perro.
ENTRE EL ARNÉS Y EL COLLAR, ¿CUÁL CONVIENE MÁS?
Un arnés será siempre mucho más có para tu perro que un collar. El principal motivo es que con el arnés, modola presión de la correa no se concentra en el cuello. Aunque estemos acostumbrados a ver perros con collares, el cuello es una estructura delicada y una presión excesiva en esta zona puede tener consecuencias negativas para su salud, como por ejemplo puede afectar negativamente a las vías respiratorias, aumentar la presión en las venas yugulares con posibles repercusiones en la presión intraocular, provocar lesiones en la tiroides, etc.
Ahora bien, colocar un arnés es un poco más complicado que poner un collar. Por lo que debes determinar en tu caso qué resultaría más conveniente.
Cuándo conviene utilizar un arnés:
En perros predispuestos a padecer colapso traqueal.
Si hace deporte contigo.
Si planeas utilizar un arnés tipo chaleco que puede servir también como protección de las bajas temperaturas.
Si viaja en cochey quieres usar un arnés especial para transportarlo.
Si quieres entrenarlo para que camine a tu lado sin estirar empleando un arnés anti-tiro o de entrenamiento (los reconocerás porque tienen la hebilla para enganchar la correa en la parte delantera del pecho).
Si te surgen dudas sobre qué sistema es mejor para ti o cómo poner el arnés al perro, no dudes en consultarlo con tu veterinario de confianza. Seguro que estará encantado de ayudarte y resolver tus dudas.