
Si has decidido adoptar un gato… ¡enhorabuena! Vas a compartir tu vida con un animal independiente y cariñoso al mismo tiempo. Con este artículo queremos acabar con la idea de que cuidar a un gato es igual que cuidar a un perro. Tener en cuenta que son animales muy distintos, con diferentes naturalezas, es la clave para dejar de pensar que los gatos son animales ariscos o poco sociables; aquí te contamos cómo cuidar un gato.
Se dice del perro que es un animal fiel, hecho para estar en manada (y, por tanto, en familia), glotón y juguetón. Y, en el lado opuesto, existe la creencia de que el gato es arisco, poco sociable e independiente. Nada más lejos de la realidad. Aunque hay que reconocer que cada animal tiene su propio carácter, a grandes rasgos la clave sobre cómo cuidar un gato es prestar atención a su naturaleza.
Así, conocer qué tipo de juego le gusta, cómo deben estar distribuidos sus espacios o qué significa su lenguaje corporal es clave para cuidarle como merece. Veamos algunos puntos clave que diferencia el trato de los gatos con el de los perros:
Aquello de que “los gatos son muy limpios” no es ningún mito. Son muy pulcros y dedican varias horas al día a acicalarse. Su lengua es una especie de peine que le ayuda a mantener a raya posibles olores ajenos: su objetivo es oler solamente a él mismo. Es su forma de sentirse seguro y, a su vez, de marcar territorio, con su propio olor.
Muy relacionada con la higiene está la separación de espacios. Donde coma, donde duerma, donde haga sus necesidades… Cada acción debe tener su lugar diferenciado en la casa:
¿Cuál es la comida ideal para tu gato? Debes optar por una alimentación de calidad: la clave de una buena salud. Encuentra una alimentación equilibrada y natural, que le aporte todos los nutrientes que necesita para crecer fuerte y sano.
Otro punto a tener en cuenta en relación a su alimentación es su hidratación. Como no suelen beber demasiada agua, es interesante que de vez en cuando le pongas un bol con comida húmeda para hidratarle sin que tenga que beber tanta agua.
El día ideal del gato se puede dividir principalmente en cuatro: dormir, limpiarse, comer y jugar.
A pesar de ocupar este cuarto lugar, el juego es una actividad ideal para crear un vínculo con él y, de paso, hacer que gaste energía y no caiga en el sedentarismo propio de los gatos hogareños. ¿Has probado a jugar con él pero no te ha prestado demasiada atención? No era el momento idóneo. Si le observas, verás cómo te hace saber cuándo quiere jugar.
Eso sí, no esperes que juegue como un perro: los gatos tienen su forma de jugar, adaptada a sus instintos. La base es despertar sus ganas de “cazar”:
Con el día a día, os iréis conociendo y podrás ver que los gatos no piden mucho, ya que si tienen cubiertas sus necesidades, se mantendrán tranquilos y relajados en el hogar. También te animamos a estudiar sus expresiones corporales, ya que con ello verás reflejado el estado de ánimo de tu mascota de esos momentos:
1. La cola es un buen indicador del humor de tu gato:
2. Sus pupilas también dicen mucho: si están dilatadas es muy probable que esté a punto de saltar (a atacar o a jugar, según el momento).
Después de estos pequeños puntos básicos sobre cómo cuidar un gato seguro que te ves más capaz de entender sus necesidades. Recuerda que una buena convivencia se basa en el respeto y en el conocimiento de cómo son los gatos. Si estudias un poco su comportamiento disfrutarás de una convivencia tranquila y tu gato se integrará como uno más de la familia.