¿Cómo acariciar a un perro? Aprende a leer su lenguaje corporal
¿Sabes cuáles son las zonas de su cuerpo que tu perro prefiere que acaricies? Tal vez tampoco te has parado a pensar en cuáles son los momentos adecuados para acariciar a tu mejor amigo, o los beneficios que estas caricias pueden tener tanto para él como para ti. Cómo acariciar a un perro implica múltiples matices y en este artículo queremos compartirlos contigo.
Te explicaremos cómo sacar el máximo provecho de las caricias a tu perro. Dónde prefiere que lo acaricies, cuándo es el momento indicado y cómo te lo indicará con su lenguaje corporal. Además, descubre cómo las caricias son capaces de fortalecer vuestro vínculo y repercutir positivamente en vuestro bienestar.
LA IMPORTANCIA DE LAS CARICIAS
Una sesión de caricias tiene un significado intenso para tu perro. Al hacerlo le demuestras afecto y eso se traduce en seguridad y tranquilidad para tu perro. Pero además, las caricias pueden ser unas grandes aliadas cuando el perro esté nervioso, estresado o haya pasado mucho tiempo solo.
CÓMO ACARICIAR A UN PERRO
Para acariciar a tu perro primero asegúrate de que quiere ser acariciado.
Después acércate a él y ponte a su altura.
Evita los gestos amenazantes y los abrazos.
No extiendas los brazos sobre el perro.
Acarícialo con las manos, muévelas de forma suave en la misma dirección del pelo.
Para que las caricias sean lo más satisfactorias posibles debes tener en cuenta aquellas zonas que más le gustan a tu perro.
SEÑALES QUE INDICAN QUE UN PERRO NO ESTÁ RECEPTIVO A LAS CARICIAS
No es una buena idea dar por sentado que los perros quieren ser acariciados siempre. La clave sobre cómo acariciar a un perro con éxito radica en conocer e interpretar acertadamente su lenguaje corporal. Toma nota:
Si tu perro no quiere ser acariciado, intentará no mirarte de frente. Es más, se dará la vuelta delante de ti. También podría lamerse el hocico y bostezar con frecuencia.
Si lo acaricias y no reacciona de ninguna manera, ni pide mimos, es que no le interesan las caricias en ese momento.
Si las señales anteriores no han surtido efecto tu perro podría pasar a otro nivel de demostración de rechazo: alejarse, llevar las orejas hacia atrás, agacharse, colocar el rabo entre las piernas o tumbarse boca arriba.
En última instancia, si no se han reconocido las señales y seguimos insistiendo con las caricias, el perro podría demostrar más agresividad. Podría ponerse rígido, gruñir, enseñar lo dientes e, incluso, intentar morder. Lo mejor es no llegar a estos extremos, por eso, conviene conocer las señales sutiles de los primeros puntos de esta lista.
¿DÓNDE PREFIERE TU PERRO LAS CARICIAS?
Cada perro es distinto y puede preferir las caricias en una u otra zona de su anatomía. Nuestro consejo es que explores las preferencias de tu perro hasta que puedas establecer sus zonas favoritas. Puedes probar algunas de estas áreas que suelen gustar a los perros:
La cabeza y el lomo, hasta la cola. Es una buena forma de empezar una sesión de caricias. Empieza por la cabeza y extiende lentamente la caricia hasta la base de la cola. Observa su reacción.
El pecho y detrás de las orejas suelen ser las zonas más placenteras para los perros. Acarícialas con suavidad dibujando círculos muy lentamente.
También podría disfrutar mucho las caricias localizadas entre el cuello y la barbilla, en las axilas y hasta en las patas. No a todos los perros les gustan las caricias en las patas, así que empieza acariciándoselas de forma suave para ver cómo reacciona.
No empieces una sesión de caricias con un abrazo. Tu perro podría interpretarlo como una amenaza.
VENTAJAS DE ACARICIAR A TU PERRO
Ahora que sabes cómo acariciar a un perro, solo te queda saber por qué te puedes beneficiar de ello. Para tu mejor amigo supone tranquilidad, calma y refuerzo del sentido de pertenencia al grupo familiar. Pero ¿qué te puede suponer a ti?
En primer lugar, te ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
Mejora tu sistema inmune para luchar contra alergias y enfermedades.
Mejora sustancialmente tu estado emocional.
Combinadas con paseos y juegos, las caricias pueden disminuir tu sendentarismo y mejorar tu socialización.
Por último, una buena sesión de caricias podría ser una gran aliada de algunas terapias médicas.
Como ves, no hay excusa. Aprender cómo acariciar a un perro no solo es beneficioso para él, también lo es para ti. Ahora que sabes dónde y cuándo puedes acariciar a tu perro no dudes en hacerlo. Reforzaréis vuestro vínculo, mejoraréis la convivencia y os supondrá bienestar para ambos. ¡No te cortes con las caricias!